Riesgos

El tsunami de lo electrónico amenaza con llevarse todo por delante. Ya no quedan espacios a salvo del modernísimo e-Lo Que Sea, que avanza triunfante y aplaudido por todos. Esta revolución electrónica tiene pocas críticas, se asume a priori que todo lo e- es bueno y quienes hacen críticas son considerados ignorantes, vetustos y reticentes al cambio. Pero debemos ser cuidadosos, porque en esta era de cambios tecnológicos - que está revolucionándonos a todos - hay cosas que pueden ser muy positivas y otras que no. Todo análisis debe hacerse a conciencia y aprender a discriminar qué, cómo, cuánto y para qué usar tecnología, sin dejarse encandilar por las maravillas de la cibernética y sus e-Espejitos De Colores. No todo lo e- es bueno, ni apropiado y el e-Voto es una de esas cosas que mejor dejar dormir por un tiempo. Posiblemente madure en el futuro pero hoy aún no está listo para reemplazar a los métodos tradicionales.


¿Por qué cambiar por algo peor?
Para decidirse por un cambio es mejor primero hacer un análisis comparativo entre lo actual y el cambio propuesto. Si la opción que muestra más ventajas es la de cambiar se deben analizar también los costos de ese cambio e incluirlos en el balance. Pero si cambiar nos lleva a un estadío peor, el cambio es absolutamente injustificable. La incorporación de tecnología no debe considerarse un bien valorable en sí mismo, sólo está justificado cuando el uso de esa tecnología produce mejores resultados.
Hay diversos temas esenciales que hacen a una votación, en los que los sistemas electrónicos presentan claras desventajas, por ejemplo:


Secreto del voto: el voto electrónico no presenta mejoras, por el contrario el elector debe confiar en que el sistema no registra al emisor del voto. El sistema debe identificar primeramente al elector para permitirle votar y luego debe asegurarle que no registra la relación entre el elector y su opción. Se pueden implementar soluciones, pero empeora la sensación percibida por el elector frente a un sistema tradicional.


Fiscalización: el voto electrónico complica la tarea de fiscalización porque todos los partidos deberían contar con fiscales tecnológicamente capacitados para la tarea que es bastante más difícil que fiscalizar el normal desarrollo de una elección tradicional.


Fraude: el voto electrónico utiliza medios más sofisticados por lo que el fraude también se hace más sofisticados. Los sistemas de fraude a pequeña escala – como el de las zapatillas izquierdas - no se eliminan con el voto electrónico, mientras que los fraudes a gran escala se potencian, ya que cuentan con un sistema que unifica y centraliza, que hace mucho más fácil hacer fraude para quienes controlan el sistema. Esto incluso pone en riesgo los sistemas electorales no sólo entre las fuerzas políticas sino al juego de las empresas – generalmente extranjeras - proveedoras de estos servicios tecnológicos. Escabroso terreno, el de la dependencia tecnológica.


La rápida obtención de los resultados -allí donde el e-Voto tiene su mayor ventaja - podría ser conveniente en elecciones muy convulsionadas donde prolongar un resultado electoral puede desatar violencia, aunque claro, todos deben aceptar que el resultado además de rápido es confiable y en estos escenarios hipotéticos lo que menos abunda es la confianza. Fuera de estos casos muy especiales y con la mano en el corazón ¿cuánto cambia conocer los resultados de una elección 1 hora, 1 día ó 3 ó 4 días después de realizada? ¿Es la velocidad de resultados una necesidad real de la sociedad o es más bien de los medios, y de la vida acelerada que llevamos?





También como se puede ver en este video la corrupción en el gobierno electrónico es muy difícil de evitar porque por más que se desee evitar la corrupción y tener transparencia no se logra porque las personas aunque no quieran aceptarlo siempre contribuyen con la corrupción en su país.

Finalmente, la siguiente definición sintetiza adecuadamente que el gobierno
Electrónico conjuga NTIC, reingenierías de estructuras y cambios de culturas organizacionales para facilitar a los ciudadanos el acceso en línea a la información y a los servicios, explicitando las diversas dimensiones del esfuerzo por construir El e-gobierno.